sábado, 6 de marzo de 2010

NORMAN MORALES
EX-LIBRIS

El escudriñar en los archivos personales, en los espacios silenciosos y deshabitados, es practicar una arqueología de sí mismo, simultáneamente remota y primigenia.
Cada glosa traspapelada por el tiempo, contiene el impulso de los primeros años, quedando laceraciones que fueron intuidas desde el nacimiento de nuestros primeros recuerdos.
Dicha práctica, supone un viaje al revés, el reconstruir nuestra memoria a partir de la pulsión contenida en imágenes que son a la vez, fetiche y atormentada vigilia.

La obra de Norman Morales, es la reconstrucción de esa costra de sal que se pulveriza en su tensión y que anida en todo cuanto deseamos, interrumpido.
Es la sublimación del dorso de las cosas, entendida y narrada hacia adentro, con un interminable libro de cal desguazado.
La vocación de Morales radica en triturar a mordidas la colmena, escupirla y de los despojos, hacer una alfombra con astillas y echarse a dormir sobre ella muerto de risa.

Rasgar y yuxtaponer, dibujar y grabar, son en Norman Morales la disección accidentada sobre y dentro de sí.
Con cada maniobra cierra su círculo iracundo, en su interior emocionado.



Marlov Barrios.
Guatemala marzo de 2010.

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